El hombre CASI perfecto!!!!

No puedo evitar que la culpa me invada cuando hablo de este sujeto...

Como lo dice el título de esta entrada es el hombre CASI perfecto (digo casi porque haciéndole honor al feminismo que caracteriza a este espacio considero que NO HAY HOMBRE PERFECTO)... Es el hombre con el que cualquier mujer desearía casarse, tener un hogar, hijos, cortinas nuevas, vajilla de porcelana y todo el cuento... Cualquier mujer MENOS YO!!!!
La verdad es que antes de conocerlo bien estuve enamorada sola y soñaba con todo eso que acabo de mencionar y que finalmente cuando alcancé la posibilidad de tenerlo, lo tiré por la borda...

Nos conocimos por medio de una amiga, él estaba terminando una relación y yo aún vivía mi trauma del RATAfari (leer entrada anterior)... Nos hicimos amigos, nos llevabamos muy bien, coincidíamos en muchas cosas, y a pesar de la diferencia de edad (16 años) logramos un equilibrio que muy pocas veces se encuentra en una relación interpersonal (de cualquier tipo).

Yo lo ayudé como amiga a superar esa depresión en la que se encontraba, él me enseñó lo que es aprender de las malas experiencias y sacar lo mejor de ellas... El resultado? Cuando ambos estuvimos preparados comenzamos una relación amorosa... De esas que van poco a poco, que empiezan con los paseos por el parque tomados de la mano (si si, hizo eso a pesar de sus 34 años), siguen con las flores (cosa que nunca dejó de hacer en casi tres años) y terminan con planes de boda...

No todo fue color de rosa; después de haber superado su despecho por la pareja anterior, ésta reapareció, cual loca compulsiva y hacía de todo para deteriorar nuestra relación: Se aparecía a formar escándalos de novela en cuanto lugar público visitabamos, me buscaba, me amenazaba, mandaba a su hijo (que no era de mi pareja) a pasar el día con nosotros con la excusa de que el infante "se había encariñado mucho con él" y la "tierna criatura" todo lo que hacía era amargarme la vida... Todo eso lo soporté, hasta que un día, mi novio para entonces, estaba enfermo y decidí pasar la noche en su departamento para cuidarlo:

2:00AM (Suena el timbre)

A: Ya va dejame abrir a mi porque quien puede estar tocando a las 2:00AM? Y cómo subió?

Y:Ok
(Abre la puerta y ADIVINEN??? Si... La loca!!!)

Comienza el ataque de súplicas... Aquella mujer lo único que hacía era gritar pidiendo que se acostara con ella... Si, sólo pedía eso, no le importaba nada más...

Él sólo la levantó, le pidió que se fuera y le dijo que prefería recordarla como la mujer que lo hizo felíz en algún momento de su vida y no como una persona sin la más mínima gota de dignidad y amor propio...

Desde entonces todo fue mágico, el gran amigo, el confidente seguro, el yerno perfecto, el mejor de los amantes, en fin... Todo lo que una mujer sueña llevarse al altar...

Me pidió matrimonio... Dije que no, que era muy pronto (un año de relación) él entendió y todo siguió su curso durante 365 días más... Una vez más me dijo que quería casarse conmigo que había esperado un año más, que sentía que ya era el momento y yo cometí el GRAN ERROR de decirle que sí.

Comenzaron los preparativos de la boda... Como cualquier mujer enamorada jamás me detuve a pensar en las responsabilidades que me venían encima, en la manera en que tendría que reorganizarme, mis actividades, mi rutina, MI VIDA... Sólo pensaba en el maravilloso vestido de Ángel Sánchez, en los kilos que no podía aumentar, en la recepción de mis sueños, en la iglesia soñada, en las calas que quería llevar en la mano, la tiara que no me gustaba, los zapatos que eran incómodos para pasar 1 hora de ceremonia y 8 horas de fiesta, la habitación perfecta de mi noche de bodas, la luna de miel que me chocaba con las clases...

En torno a eso giró mi vida durante 5 meses, cada día faltaba menos, cada día mi mamá mas emocionada, mi novio más desesperado y yo empecé a darme cuenta de que estaba más que asustada...

Un día desperté convencida de que estaba haciendo una locura, pensé muchísimo en mi futuro y me pregunté mil veces que sería de mi vida, que haría, como cambiaría todo y decidí hablar con él... Le pedí retrasar un poco la boda, le dije que necesitaba un tiempo para adaptarme, para organizarme, lo que él entendió como un NO ME QUIERO CASAR... Yo no estaba preparada, sí estaba dispuesta a hacerlo, con él, pero no en ese momento, así que para los ojos de él, era el mismo resultado: NO SE QUIERE CASAR!!! Y en parte tenía razón...

Me terminó... Lo entendí, estaba consciente de mi error (que no fue posponer la boda, fue aceptar casarme sin pensarlo maduramente)

Lo extrañé, me hizo falta, le escribí hasta que entendí que tenía que dejarlo ir, lloré, me arrepentí, quise retroceder el tiempo y demás cosas que vivimos cuando estamos despechados... Porque sí lo amaba, si me despeché y sí quería estar con él...

A los meses me buscó, hablamos y decidimos darnos otra oportunidad; dejé muy en claro que no me casaría de inmediato, que necesitaba tiempo, y el aceptó... Lo intentamos, pusimos todo (por lo menos yo lo hice) pero eran demasiado profundas las heridas, demasiado grandes sus ganas de formar una familia, demasiado extensa mi sed de quemar mi juventud, demasiado amor a mi independencia...

Hoy en día tengo la satisfacción de saber que sí, me puse en su lugar, entendí que él estaba en una etapa de su vida en la que necesitaba estabilidad, un hogar, una familia, que estaba cansado de seducir chicas y volver todos los fines de semana a casa con una nueva...

Yo logré lo que él no... Nunca se detuvo a pensar que él tenía necesidades diferentes a las mías porque había vivido todo lo que a mi me faltaba por vivir, había disfrutado su época universitaria, sus rumbas, sus volverse shit, sus no darle explicaciones a nadie... Todo lo que a mi me faltaba experimentar...

Morimos en el intento... No funcionó... Él cambió totalmente y yo me negué a sacrificar mi presente y a apostar por un futuro al que le temía...

Tal vez corresponda decirle ésto a él y no en este espacio que seguramente no visitará... Pero es mucho más fácil expresarse cuando nos sentimos solos que frente a la persona que lastimamos:

Te debo un PERDON enorme... Sí... si te amé... Sí fue verdad cuanta palabra te dije, si fueron sinceros los besos y las ganas de compartir mi vida con vos... Tal vez no tan inmenso como el amor que sé que me tenías pero más que nadie sabes que es en vano el deseo de acelerar las cosas... Todo tiene su momento, y ese no era el de nosotros!